“Sería
necesaria una
revolución
tecnológica,
política
y geoestratégica
para que la
economía
de tipo europeo
pudiera colonizar con éxito
el resto de
Eurasia y el mundo”.
“Entre
la década
de 1750 y la de 1830, la Revolución
euroasiática
borró
del mapa el largo equilibrio entre
las culturas y los continentes.
En el transcurso
de esos años,
los Estados
europeos obtuvieron por primera vez una posición
de considerable superioridad sobre el resto de Eurasia
y adquirieron los medios para proyectar su poder hasta el
mismo centro de los grandes imperios asiáticos”.
John Darwin: “El sueño del Imperio”